Vivimos en un mundo en el que damos por sentadas las necesidades básicas, como la comida, el agua y la vivienda. Este mundo no es un campo de juego equitativo para todos y es tarea de todos ayudar a los que no disponen de estas necesidades básicas

Todo el mundo debería ayudar a los más vulnerables. Dona a una organización benéfica, hazte voluntario en un comedor social o una despensa, o dona tu tiempo y talento a una causa local.

Nos comprometemos a ayudar a los que no tienen medios para salir adelante. Necesitamos tu ayuda para marcar la diferencia con quienes carecen de recursos básicos.

No subestimes el poder de empezar en pequeño. No importa la poca ayuda que recibas, ni los obstáculos que se interpongan en tu camino, puedes construir montañas de granito en granito.

Ante la falta de ayuda de las autoridades, nos toca a nosotros hacer un esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables. Debemos ser más empáticos, no importa si el aporte es pequeño, puede cambiar totalmente el día de una persona.

El reto no es estar físicamente cerca de quienes tienen escasos recursos, sino estar abiertos a la experiencia de estar en contacto con una persona realmente necesitada. Se trata de aprender de cerca la realidad de millones de personas que no tienen acceso a las condiciones básicas para vivir.

Creo que las buenas acciones son siempre una fuente de inspiración. Depende de nosotros, como individuos y como sociedad, hacer del mundo un lugar mejor y ayudarnos unos a otros. Todos podemos marcar la diferencia haciendo un esfuerzo, aunque sea pequeño.

Creemos en el poder de la empatía, en que todos tenemos un papel que desempeñar en el mundo y en que nadie debería ser invisible. Por ello, más allá de ayudar a quienes no tienen, buscamos incentivar a las demás personas a que también lo hagan.